Katty estaba feliz, veía crecer a su pequeña hija y su matrimonio
parecía florecer cada día más. Nada podría hacer dudar sobre el futuro
de su vida hasta aquella noche en la que descubrió una dureza en su
mama derecha, luego de una reparadora ducha. Su cara cambió de repente
y John se dió cuenta al instante. El mismo fué el que la intentó animar
diciéndole que seguramente no sea lo mismo que lo que le había sucedía
a su abuela. “Seguro es algo temporal, mañana iremos a ver al médico para estar seguros“.
No fueron tan alentadoras las palabras de William al día siguiente,
el médico de la familia enseguida la derivó a un experto en la materia
para que le haga estudios. Cáncer de Mama era el diagnóstico y días
después ya había sido intervenida. “Menos mal que lo agarramos a tiempo
argumentó el experto, el tumor era muy pequeño y no hubo metástasis.
Luego de un par de sesiones del nuevo tratamiento con rayos podrás
olvidarte de esto y seguir con tu vida”
A la semana Katty se presentó en el hospital de Ontario a recibir su
primera sesión de rayos. Ella fué recibida muy amablemente y a los
pocos minutos ya estaba acostada dentro de la camilla de la Therac 25,
una máquina que según decían sus operadores “estaba haciendo
maravillas”. Ella vió como el aparato comenzó a hacer una especie de
vibración y se paró repentinamente, y vió una extraña cara de ansiedad
en el operario. Luego de 10 segundos comenzó a vibrar nuevamente y como
ella era nueva creyó que el ardor y la extraña sensación de descarga
eléctrica eran normales. Katty siguió recibiendo rayos durante un
tiempo hasta que su estado se volvió cada vez peor y a los pocos meses
recibió la noticia de que extrañamente tenía un Cáncer fulminante en el pulmón derecho, justo a la misma altura donde recibía los rayos.
Katty murío a las pocas semanas y fué uno de los tantas víctimas del “bug de la Therac-25”
y según dicen luego de este caso fue necesaria la elevación de los
estándares de testeo y revisión de código en sistemas médicos. Esto
sucedió hace más de 20 años y si bien a la fecha los sistemas de
radiación fueron perfeccionados y un error de estos ronda lo imposible todavía muchos programadores de software alegan frases como “nadie murió por un error en el código“. Seguramente ellos no conozcan la historia de la Therac 25.
Fuente: http://alt-tab.com.ar/morir-por-culpa-de-un-bug/
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